La trombofilia es una tendencia en la que la sangre forma trombos, o sea, ocurre cuando hay más facilidad para formar coágulos de sangre, aumentando el riesgo de obstrucción de los vasos sanguíneos y, así, complicaciones como trombosis venosa, ACV o embolia pulmonar, por ejemplo.
Los coágulos formados por la trombofilia surgen porque las enzimas de la sangre, que provocan la coagulación, dejan de funcionar correctamente. Eso puede ocurrir debido a causas hereditarias, genéticas, o adquiridas a lo largo de la vida, como por embarazo, obesidad o cáncer, y las probabilidades aumentan por el uso de medicamentos, como anticonceptivos orales. Las personas con esa condición generalmente presentan el cuerpo hinchado, piernas inflamadas o sensación de falta de aire.
Trombofilia en el embarazo
El embarazo en sí es un factor de riesgo para la formación de trombos y la posibilidad de que una obstrucción requiera atención médica y un tratamiento durante toda la gestación. Las embarazadas son cinco veces más propensas a sufrir trombofilia.
Como la sangre queda más espesa, puede haber obstrucción tanto de las venas de la madre como de la circulación de la sangre que va a la placenta. El riesgo del cuadro varía mucho. Pueden presentar desde hinchazón y alteraciones en la piel, trombosis en las piernas y otros miembros, hasta situaciones más graves, como el desprendimiento de la placenta, preeclampsia, reducción del crecimiento fetal, parto prematuro, aborto y tromboembolia (cuando las arterias o venas del pulmón están obstruidas), cuadro que puede llevar a la muerte.
Síntomas
Muchas veces esa condición es asintomática, pero una de las señales de alerta es la hinchazón repentina. Aquellas gestantes que tienen preeclampsia antes de las 34 semanas de embarazo, también deben estar atentas. Otra señal de alerta es cuando la barriga de la madre crece poco, ya que el bebé no se desarrolla como se espera. En manifestaciones específicas, los principales síntomas son:
– Trombosis venosa profunda: Hinchazón de alguna parte del cuerpo, principalmente las piernas, que quedan inflamadas, rojas y calientes;
– Embolia pulmonar: Falta de aire intensa y dificultad para respirar;
– ACV: Pérdida súbita de movimientos, del habla o de la visión, por ejemplo;
– Trombosis en la placenta o cordón umbilical: Abortos recurrentes, parto prematuro y complicaciones en el embarazo, como preeclampsia y eclampsia.
Diagnóstico
La trombofilia puede ser diagnosticada a partir de la sospecha del médico clínico general o hematólogo por la historia clínica y familiar de cada persona, que puede pedir algunos análisis como hemograma, curva de glucemia y colesterol, para confirmar y recomendar el mejor tratamiento. Cuando hay sospechas de trombofilia hereditaria, principalmente cuando los síntomas son repetitivos, además de esos análisis, se solicitan las curvas de enzimas de la coagulación de la sangre, para evaluar sus niveles.
Cuidados y tratamiento
La gestante debe prestar aún más atención a la balanza y practicar actividades físicas con regularidad. Cuanto más avanzada es la edad de la mujer, mayor es el riesgo de trombofilia.
Si va a viajar en avión, los análisis del bebé deben estar todos bien e, incluso así, los médicos acostumbran aceptar solo trayectos más cortos, con duración máxima de 4 horas. En ese período, es importante que la embarazada se mantenga bien hidratada e intente moverse durante el vuelo. Se deben tomar otras precauciones generales para el día a día, como el uso de medias elásticas, control clínico y obstétrico regular.
De acuerdo con el historial personal y familiar, y con los resultados de los análisis de trombofilia, puede ser necesario el uso de heparina y/o ácido acetilsalicílico, entre otros medicamentos.
El tratamiento también se hace con anticoagulante inyectable: la aplicación diaria de inyecciones de enoxaparina, principio activo que frena la coagulación. Se puede administrar en casa, por parte de la propia mujer o familiares, en la barriga o en la parte interior de la pierna, y la dosis puede variar de acuerdo con las situaciones y recomendaciones médicas para cada caso.
Vale la pena mencionar: incluso con tratamiento, la gestación de embarazadas con trombofilia es siempre de alto riesgo. Por eso es necesario hacer un prenatal riguroso, acompañando muy de cerca tanto la salud de la madre como la del bebé.
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