La preeclampsia es una complicación seria del embarazo, que puede ser desarrollarse a partir de la semana número 20 y hasta seis semanas después del parto. ¿Sabía que existe clasificación al inicio de la gestación para saber el riesgo de desarrollarla? Esa clasificación, junto con el historial de evaluación médica, permite identificar en el primer trimestre de gestación, mujeres con alto riesgo de desarrollar esa condición mucho antes que aparezcan los síntomas. Es un paso importante para proteger la salud de la mamá y del bebé, pues posibilita el surgimiento y tratamiento adecuado en el momento correcto para evitar complicaciones.
Incluye un examen de sangre, identificado como test de biomarcadores PIGF 1-2-3, medir la presión arterial y, en algunos casos, hacer una ecografía específica. El examen de sangre es sencillo, no necesita ninguna preparación, se realiza en algunos laboratorios privados, y se debe hacer entre la 11ª y 14ª semana de gestación. Ese examen tiene carácter preventivo, puede ser utilizado para diagnosticar la preeclampsia y también pronosticar la enfermedad a corto plazo en gestantes con sospechas. Además, puede ser usado en el segundo y tercer trimestres para una reevaluación, monitoreo y diagnósticos eficientes. El médico va a interpretarlo junto con datos clínicos y laboratoriales.
También es necesario destacar que ese examen de sangre es validado solo para gestaciones de un único feto y que, lamentablemente, todavía es una opción de inversión particular. Es muy importante conversar con el médico sobre la necesidad y posibilidad de hacer esa evaluación para diagnosticar precozmente la preeclampsia. Destacamos: con esa calificación, es posible evaluar el riesgo de tener la condición en las próximas semanas de embarazo y, así, reducir los partos prematuros, el número de días de internación y mejorar el monitoreo para que no evolucione hacia una eclampsia, adoptando un tratamiento adecuado.
EL ESTUDIO ASPRE
El ASPRE es el estudio más grande multinacional sobre la clasificación de Preeclampsia. Financiado por la Unión Europea y administrado por la Fetal Medicine Foundation, involucrando más de 30.000 gestantes en 6 países, mostró que el tratamiento simple con dosis bajas de aspirina, bajo recomendación y supervisión directa del médico, es efectivo para la prevención de la preeclampsia. Para identificar las mujeres del grupo de alto riesgo, el ASPRE empleó un programa de clasificación combinada para el primer trimestre, que incluyó el examen de sangre a partir del ensayo PIGF 1-2-3.
El objetivo del estudio fue evaluar la eficacia de la clasificación en el 1er trimestre y el beneficio de la aspirina en bajas dosis en la evolución del embarazo para aquellas pacientes con alto riesgo.
Los resultados del ASPRE mostraron que la tasa de desarrollo de preeclampsia precoz cayó un 82%, y preeclampsia pretérmino un 62%, entre aquellas que recibieron 150 mg de tratamiento con aspirina por noche y estaban en alto riesgo de desarrollar la enfermedad.
Un análisis secundario probó que, al excluir las pacientes que reconocidamente sufren de presión arterial alta crónica, la terapia con aspirina permite casi erradicar la preeclampsia pretérmino en pacientes que están siguiendo correctamente el tratamiento con aspirina, en 90% de los casos.
Esta es una evidencia convincente que un programa de calificación, asociado a un tratamiento con baja dosis de aspirina, puede ayudar a reducir la tasa de preeclampsia pretérmino y retrasar o prevenir la preeclampsia. Aunque el tratamiento con aspirina no sea una cura para la preeclampsia, menos mujeres tienen que sufrir esta enfermedad grave si la aspirina en bajas dosis fuera administrada al comienzo del embarazo.
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