La maternidad es imprevisible. Desde el comienzo de todo, del desarrollo en el útero, el nacimiento y hasta todos los días siguientes de vida, la madre es sorprendida por sentimientos, emociones, aprendizajes, situaciones inusitadas, en fin, cada día es nuevo y ese momento tan esperado, por más que sea planificado, es escrito y reescrito en cada suspiro, sin seguir ningún guion. En el caso del bebé prematuro, por ejemplo, toda esa improvisación es vivida intensamente y temprano. Y tener la sorpresa de un parto prematuro además agrega algunos desafíos específicos en la rutina de cuidados que involucra la maternidad y la madre necesita acompañar atentamente, por eso, traemos acá el asunto.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es considerado prematuro, o pretérmino, el neonato con menos de 37 semanas de gestación. En general, la prematuridad es clasificada de acuerdo con la edad gestacional en: limítrofe: para los nacidos entre la 35ª y la 36ª semana de gestación; moderada, nacidos entre 31 y 34 semanas de gestación; y extrema, en la cual la edad gestacional es menor o igual a 30 semanas. Cuanto mayor la prematuridad del bebé, mayores los riesgos para su salud, pues es posible que él no se haya desarrollado completamente.
Las causas del parto prematuro son diversas, generalmente asociadas a la madre, como infecciones, diabetes, disturbios de la tiroides, desplazamiento de placenta, la preeclampsia, sobre la cual hablamos bastante acá. Además de eso, gestaciones múltiples y algunas condiciones del bebé también pueden llevar al nacimiento prematuro, como dificultad de nutrición, malformaciones y presencia de síndrome genético.
¿Y cuáles son los principales desafíos en el cuidado de un bebé prematuro? En el CTI Neonatal, donde generalmente quedan los bebés prematuros, la lucha por la sobrevivencia y la disminución de secuelas inmediatas cerca los procedimientos iniciales de exámenes, terapias y monitoreo del equipo médico. Y eso ha sido cada vez más posible debido a mejora de los recursos diagnósticos, terapéuticos y de cuidados hospitalarios disponibles. En el hospital, el bebé está monitoreado con equipamiento que permite acompañar la evolución de su salud, hasta adquirir condición para el alta.
Según el Magister y Doctor en Pediatría por la Universidad Federal de São Paulo, Brasil, Dr. Charles Schimidt, sobre los problemas específicos presentados por cada bebé prematuro, cada caso es único. Generalmente necesitan alimentación especializada, tiene dificultad para mamar y chupar, y por eso maman en intervalos menores, presentan complicaciones respiratorias, sienten más frio, tienen riesgo de infecciones más frecuentes y en algunos casos pueden presentar secuelas físicas y motoras y hasta incluso leve alteración neurológica. “Todos los exámenes y pruebas comunes a los bebés como la del talón, por ejemplo, son mantenidos e realizados siguiendo los procedimientos, hasta para que se descarte alguna alteración genética como causa de la prematuridad. Los cuidados prácticos van a depender de la necesidad de cada uno y serán adoptados por los profesionales que lo acompañan y, claro, por los padres y familiares mientras fueran necesarios”, explica el pediatra. Y, según él, es ahí, en la familia, donde está el mayor desafío. Para el Dr. Charles Schimidt, el problema más serio en la prematuridad es la inseguridad y la angustia de la madre y todo ese proceso traumático para la familia, que por eso, necesita estar cercada también de muchos cuidados.
“Hoy en día procuramos orientar a los familiares a creer mucho en el apoyo de todo el equipo multidisciplinario involucrado, de mucha tecnología que tenemos disponible y es verdad. Gran parte de los bebés prematuros, principalmente nacidos con más de 1kg, 1,5kg, van bien y presentan desarrollo bastante normal. Los médicos y todo el equipo del CTI Neonatal se apegan a eso, pero ¿cómo tranquilizar a la madre simplemente con esa información? Su hijo es único y ella quiere saber sobre él, en su caso específico. Cada día es un nuevo día de conquistas para los padres y para esos bebés, que ya nacieron victoriosos, son pequeños campeones. Y ese es el mayor desafío de la prematuridad”, declara el pediatra.
En ese contexto, el Dr. Charles comenta sobre un importante lazo que es formado por los familiares durante la permanencia del bebé en el CTI Neonatal. “Los familiares se unen y se forma así una verdadera comunidad de apoyo entre madres y padres que se ayudan, es muy lindo e importante en esa caminata rumbo a la victoria, con el alta del bebé”, observa el médico pediatra.
La periodista Elaine Vládia, de Natal, Rio Grande do Norte, Brasil, madre de Laís, vivió recientemente la prematuridad y compartió con Madre que Ama su experiencia. Ella destaca esa red de apoyo entre as madres como la parte más importante del proceso. “Los médicos normalmente están involucrados con la práctica en los cuidados del bebé, entonces nosotras nos apoyamos unas en las otras y ese apoyo es la parte más importante. En la sala de amamantamiento, por ejemplo, nos desahogamos, intercambiamos experiencias, realmente creamos lazos muy fuertes porque vivimos un clima muy pesado en el CTI Neonatal y una madre va ayudando a la otra y, así, va siendo más liviano”, declara Elaine.
Ella cuenta que hasta creó junto con otras madres un grupo que tiene como objetivo dar un soporte mayor a otras madres que pasan por el parto prematuro, con visitas periódicas, campañas para donación de sangre, de leche, y todo el aparato necesario para aquellas que están con sus hijos en el CTI Neonatal. La periodista tuvo complicaciones en la gestación debido a la abertura del cuello del útero, lo que la llevó al parto prematuro con 29 semanas y un día, en abril del año pasado. Su hija nació con 1,180kg, 38 cm y estuvo dos meses en el CTI Neonatal hasta el alta.
Ese momento de ir para casa llega generalmente cuando el bebé prematuro logra respirar sin ayuda, logra mantener la temperatura corporal, mama en el pecho de la madre o en la mamadera, gana peso de forma estable y constante y no tiene infección. Y así, en la primera gran batalla vencida, entra un desafío más en el cuidado del niño prematuro: promover una buena calidad de vida a largo plazo.
El alta hospitalaria es basada en la salud del bebé y también en el entrenamiento de la familia. Todavía en el CTI, los familiares deben ser bien orientados con relación a varios aspectos: cuidados básicos, posicionamiento antirreflejo, vacunación, alimentación y seguimiento médico futuro (evaluación auditiva y visual, hematológica, neurológica, etc.). El Dr. Charles explica que la primera consulta debe ser realizada cerca de una semana después del alta, de forma de evaluar la adaptación del prematuro al hogar. Las próximas consultas son marcadas cada 15 días en el primer semestre y mensualmente del séptimo al 18º mes de vida. Posteriormente, las consultas deberán ser anuales.
Es importante que el seguimiento sea realizado por un equipo multiprofesional experimentado, identificando precozmente situaciones de desvío de la normalidad, lo que permite una intervención precoz y de mayor resultado. Y más: los padres y familiares deben estar atentos a cualquier tipo de cambio y alteración en el comportamiento del bebé, relatando lo que fue observado siempre al equipo que lo acompaña.
Dicho todo eso, conquistada la victoria del alta hospitalaria, el Dr. Charles Schimidt es enfático en su consejo final: “Cuando el bebé prematuro va para casa, la recomendación es cercarlo de los cuidados siguiendo la orientación profesional, pero, principalmente: administrar el equilibrio emocional de la familia. Apoyarse en la estructura disponible en favor del bebé y estar siempre cerca, dar mucho cariño y amor sin culpa para recuperar ese tiempo malo que pasó. Y recordar siempre: ¡ya pasó! ”, concluye el pediatra.
Madre que ama sigue esa línea y alienta mamás, papás y todos los familiares que tengan la prematuridad de su bebé como experiencia. Que sea cercada, además de los cuidados que tanto necesitan bebés y familias, de mucha esperanza, confianza y, por encima de todo, mucho amor.
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