El cordón umbilical es responsable por unir el bebé a la mamá y, por medio del mismo, el pequeño recibe sangre, oxígeno y nutrientes necesarios para desarrollarse. Tradicionalmente, los obstetras cortan esa estructura apenas nace el niño y una pequeña porción del cordón umbilical permanece después del parto, el llamado “muñón umbilical”.
Cuando los bebés salen de la maternidad, el muñón umbilical generalmente todavía no se cayó, entonces los padres son los responsables por los cuidados. El mismo acostumbra caerse a los 10 días después del nacimiento y los cuidados son simples y muy importantes para evitar una posible infección.
¿Qué hacer?
– Lave el ombligo del bebé normalmente en el baño con agua y jabón. Después del baño, séquelo bien con una toalla;
– Tome una gasa o algodón embebido en alcohol 70 % y limpie alrededor del ombligo, con movimientos circulares en toda su extensión. Limpie bien para remover todos los residuos que pueden haberse acumulado ahí. Puede ocurrir algún sangrado mínimo y salida de algunas cascaritas del muñón, pero no se preocupe por lastimar a su bebé, pues no hay terminaciones nerviosas en el muñón umbilical;
– Después de limpiar, aplique el cotonete embebido en alcohol 70 % alrededor el muñón, realizando nuevamente movimientos circulares;
– Es importante dejar el muñón umbilical para afuera del pañal para evitar la proliferación de bacterias.
– Algunos padres intentar cubrir el área umbilical con monedas, vendajes o pañuelos para que el ombligo quede para adentro, pero según los pediatras, no se recomienda nada de eso. Ese procedimiento no funciona y puede irritar aún más el área.
¡Atención!
Si nota un olor desagradable saliendo del muñón o una secreción amarillenta o incluso un aumento del enrojecimiento alrededor del área, contacte al pediatra para una evaluación. Puede ser una infección.
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