La lactancia materna es un período muy importante para el crecimiento de los bebés, pero puede ser una actividad difícil para algunas madres, ya que, durante el proceso, es posible que la inmunidad de la mujer sea baja y sufra picos de estrés. Además, las mamas tienden a humedecerse mucho debido al exceso de leche, lo que puede generar una infección como la candidiasis.
«La candidiasis es una infección micótica muy común entre las mujeres, cuyos principales síntomas son dolor con sensación de escozor durante y después de la lactancia, decoloración del pezón y aumento de la sensibilidad», explica la Dra. Tatiana Vargas, Consultora Internacional de Lactancia Materna y fundadora del Instituto Mame Bem.
Causas, tratamiento y lactancia
Aún así, según la Dra. Tatiana, la candidiasis mamaria es causada por un momento de baja inmunidad, sumado a una región propicia para una infección por hongos por exceso de humedad, que puede verse favorecida aún más por el uso de conchas y absorbentes, recursos que según ella están contraindicados durante el período de lactancia.
En cuanto al tratamiento, Tatiana recomienda que la madre busque primero a un médico para evaluar la candidiasis. Posteriormente, es posible utilizar pomadas tópicas debajo de la zona del pezón y la boca del bebé, ya que si la madre tiene la infección es muy probable que el bebé también la tenga, aunque no presente síntomas.
“En algunos casos es posible utilizar medicación oral. La consultora de lactancia también puede ayudar durante el tratamiento, porque esta profesional puede cuidar su entorno, además de evaluar los alimentos y utensilios que se utilizan durante la lactancia”, dice Tatiana.
Aunque puede resultar incómodo, el especialista también recomienda que no se interrumpa en ningún momento la lactancia del bebé, sino que se busque la ayuda de profesionales para el tratamiento.
¿Como evitarla?
Tatiana aconseja que las madres traten de mantener los senos aireados, eviten usar conchas o compresas y mantengan una dieta saludable, con poca azúcar y carbohidratos, evitando así que la leche se vuelva más dulce y propicia para una infección por hongos.
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