Salud Bebé

Asma: diagnóstico en la infancia y Covid-19. Entienda

El Asma es una enfermedad crónica en que las vías aéreas se inflaman, como resultado de una interacción entre factores genéticos y múltiples estímulos, alergénicos o no, que determinan la aparición de tos, silbido en el pecho, falta de aire y cansancio, principalmente de noche y de mañana al despertar.

En el caso del asma infantil, el cuadro es más preocupante, pues las vías respiratorias de los niños tienen un calibre menor que las de los adultos y cualquier inflamación puede ser más perjudicial e impedir el pasaje de aire. Por eso mismo, el asma infantil generalmente causa más hospitalizaciones y visitas a emergencia que en los adultos.

El asma es un problema de salud pública mundial y su prevalencia aumenta cada vez más.  La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 300 millones de personas tienen asma. A pesar de la dificultad para diagnosticar el asma en la infancia, existen evidencias que sugieren que la mitad de todos los casos son diagnosticados hasta los 3 años de edad y 8 % hasta los 6 años de vida.  

Asma y Covid-19

De acuerdo con los especialistas, pacientes con asma no son más propensos a adquirir la infección por el nuevo coronavirus, sin embargo, están más sujetos a desarrollar complicaciones en caso de contagio Por eso, además de adoptar todas las medidas de prevención, la recomendación más importante es no interrumpir el tratamiento del asma y, en caso de dudas, pedir ayuda y orientaciones al médico que acompaña el paciente.

 

Causas

Todavía no se sabe exactamente qué provoca el asma infantil, ya que cada persona presenta una sensibilidad a distintos disparadores. Los factores de riesgo son una combinación de predisposición genética, infecciones respiratorias y exposición ambiental a sustancias y partículas inhaladas que pueden provocar reacciones alérgicas o irritar las vías aéreas. De esa forma, es importante entender qué causa los ataques de asma e intentar reducir la exposición a esos agentes o buscar tratamientos más adecuados. Los disparadores más comunes de asma son:

  • Alérgenos domiciliarios: por ejemplo, ácaros del polvo doméstico, hongos y pelos de animales;
  • Alérgenos externos: tales como polen, hongos y pelos de animales;
  • Humo de cigarro y otros tipos de humo;
  • Polución del aire o exposición a irritantes químicos;

Algunos otros estímulos pueden desencadenar las crisis, aunque no sean los causadores del asma, como: exposición al aire frio, excitación emocional extrema, olores fuertes, ejercicio físico y uso de ciertos medicamentos, como aspirina y otros antinflamatorios.

Por consiguiente, son fundamentales las medidas de cuidados del ambiente para controlar la enfermedad.

 

Cuidados

  • Mantener la residencia ventilada y dormir en cuarto ventilado. Usar diariamente aspiradora o paño húmedo en toda la residencia, principalmente en los lugares en los que permanezca por más tiempo;
  • El paciente debe abstenerse de sacar el polvo, barrer, arreglar camas, cajones, estantes, etc.
  • Revestir la almohada y el colchón con cubierta impermeable al pasaje de ácaros y sus secreciones. Lavar la cubierta 1vez por mes;
  • Evite usar acolchados de lana, plumas o algodón, pues se tornan depósito de polvo y son difíciles de lavar;
  • Evitar ambientes polvorientos, como bibliotecas, desvanes, sótanos, bodegas, cobertizos, graneros, etc.;
  • Si el paciente duerme en el mismo cuarto con otra persona, la misma deberá seguir las mismas orientaciones;
  • Retirar alfombras y moquetes del ambiente;
  • Evitar el uso de insecticidas, «spray» y aparatos eléctricos repelentes de insectos;
  • Evitar olores fuertes: desinfectantes, agua sanitaria, humo, gasolina, ceras y solventes orgánicos. Evitar quedarse en casas pintadas recientemente o cerradas por mucho tiempo;
  • Evitar animales como perro y gato dentro de casa;
  • Alejar al niño de la inhalación de humo de cigarro;
  • Retirar los peluches del ambiente.

 

Tratamiento

Todavía no hay cura para el asma, pero es posible controlarlo a partir de diagnóstico correcto, tratamiento, información y orientación médica. Así, el paciente puede reducir el riesgo de nuevas crisis, lo que puede proporcionar buena calidad de vida.

Actualmente existen tratamientos preventivos, eficaces y seguros que ayudan a disminuir la inflamación de los bronquios y el niño logra llevar una vida normal y activa, sin entrar en crisis. La duración del tratamiento es variable y depende del grado (clasificación) de la enfermedad. A medida que el niño crece, las crisis van disminuyendo y en la mayoría de los casos el tratamiento se suspende.

 

Importante

El asma en la infancia no debe ser descuidada, esperando que desaparezca a medida que el niño crece. Los niños con asma suave, en general, tienen buen pronóstico. Sin embargo, los niños con formas moderada o grave probablemente continuarán teniendo síntomas en el transcurso de la vida y complicaciones resultantes de la enfermedad no controlada.

 

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