Esta parte, a veces, es complicada ya que la familia son personas que conviven con un paciente de fibrose quística que se someten a la misma dieta por consecuencia – Sea por estímulo al tratamiento de la persona o por no tener otra opción. Este régimen es diferente del tipo común que habita en la imaginación popular. Sirve para mantener o aumentar el peso: es una dieta hipercalórica, hiperprotéica e hiperlipídica. Pueden usarse suplementos alimentarios.
Esto es necesario ya que los fibrocísticos (portadores de la enfermedad) tienen la producción de enzimas pancreáticas comprometida, no se complementa la digestión de los alimentos ingeridos, lo que causa mayor digestión y mayor absorción de grasas, siendo los primeros síntomas. Después, la deficiencia de absorción de lípidos, proteínas y hasta carbohidratos van causando esteatorrea, azotorréia y perdida de vitaminas. Esta dieta busca corregir restos problemas con una alta ingestión de todo lo que el organismo absorbe de manera insuficiente.
Todo debe ser acompañado de cerca con un nutricionista quien debe componerse de un cuerpo médico para un mejor tratamiento. El especialista es quien va a montar la dieta en base a las particularidades de cada caso: rango etario de pacientes, intolerancias personales, rutina de la familia, respeto a costos y hábitos alimenticios. Lo normal es que de 20 a 50 % de las calorías sean adicionadas a este régimen.
Eliana Barbosa, nutricionista de la clínica del Hospital Infantil Joana Gusmão, en Florianópolis, el cual es Centro de Referencia de Santa Catarina, analizando hábitos alimenticios de los pacientes y de las familias, se enfrentó a situaciones que interfieren, en la práctica, con sus resultados: las diferencias de los hábitos socioculturales en Brasil y las comidas en las escuelas públicas. Todo esto es estudiado para que la educación alimentaria sea eficiente y compatible con las realidades de cada individuo. “Por esto la importancia del diagnóstico precoz. Cuanto antes sea identificada la enfermedad, más efectiva tiende a ser nuestra intervención, podemos conseguir construir los hábitos alimentarios del paciente”. Añade Elaina.
Echa un vistazo a algunos consejos generales que otorga el especialista para no agredir mucho lo que la familia come normalmente al incorporar la dieta del paciente.
- Los vegetales deben ser servidos, preferentemente, en forma de soufflé o pasteles.
- Los panes deben ser enriquecidos con aceites vegetales, queso fresco y queso.
- Igualmente, la salsa de tomate debe ser enriquecida con crema de leche o queso.
- Ofrezca panes, cucas, pasteles y galletas rellenas de crema, miel, guayaba o jalea.
- Licuar la leche integral con helado, frutas, leche condensada y cereal o hasta maltodextrina, aceites vegetales y otros suplementos nutricionales.
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