El agua es el líquido fundamental para la vida, compone más de 60% del cuerpo humano, siendo así indispensable para la salud. El funcionamiento del organismo depende de ella: distribuye los nutrientes por los diferentes órganos del cuerpo, ayuda a regular la temperatura corporal y a eliminar las toxinas y a estimular el tránsito intestinal. En cantidades adecuadas, el agua equilibra el organismo. Con los niños, no es diferente. Ellos están en etapa de crecimiento y deben ser incentivados a consumir agua, pues también necesitan el líquido para realizar todas las funciones orgánicas.
Se debe ofrecer agua varias veces por día y se puede tomar en consideración la cantidad que está presente en la sopa y en el jugo de fruta, por ejemplo. Sin embargo, es necesario que el bebé y el niño también se acostumbren a tomar solamente agua, sin color, ni sabor.
CANTIDAD RECOMENDADA
La cantidad ideal para mantener buenas condiciones de salud infantil varía de acuerdo con factores como la estación del año, edad, actividad física y alimentación del niño. La recomendación diaria adecuada para ingestión total, considerando el consumo de agua como tal y de la contenida en los alimentos, bebidas y preparaciones culinarias es la siguiente:
IMPORTANTE:
Los bebés alimentados exclusivamente con leche materna hasta los seis meses no necesitan beber agua, tés o jugos mientras no empiecen la alimentación complementaria porque la leche materna está constituida por 88% de agua y posee todo lo que necesita el bebé para saciar la sed y el apetito. De esta forma, siempre que la madre amamante, el bebé está bebiendo agua a través de la leche.
La necesidad promedio diaria de agua para bebés saludables hasta los 6 meses de edad es de cerca de 700 ml, pero esa cantidad es completamente obtenida a través de la leche materna si fuera amamantamiento exclusivo. Sin embargo, si el bebé se alimenta solamente con leche artificial (en polvo), es necesario darle cerca de 100 a 200ml de agua por día, aproximadamente.
Es importante destacar también que esas recomendaciones están dirigidas al bebé saludable, que no presenta deshidratación por diarrea u otro problema de salud. Entonces, si el bebé estuviera con vómitos o con diarrea es necesario ofrecerle más agua. En ese caso, lo ideal es observar la cantidad de líquidos perdida a través del vómito y de la diarrea y buscar orientación médica.
En el verano, la cantidad de agua tiene que ser aún un poco más que la que recomendamos anteriormente, para compensar la pérdida de agua a través del sudor y evitar la deshidratación. Para eso, incluso si el niño no lo pide, hay que ofrecerle agua, té o jugo natural a lo largo del día, varias veces por día.
INDICIOS DE DESHIDRATACIÓN
Algunos síntomas de deshidratación fáciles de identificar son: sed, piel, boca y lengua secos, ojos hundidos, fatiga o somnolencia y menor volumen significativo de orina. La coloración de la orina, cuando es más oscura, también puede mostrar deshidratación. La cantidad de agua consumida durante el día está directamente relacionada a la concentración urinaria. Cuanto menor el consumo, más oscura la orina. Si la ingestión es adecuada, la orina quedará bien diluida, de color amarillo claro.
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